22.07.2020 — Hoy hace 24 años del estreno de "Romy and July, barbacoa pasional".

Mi primera escenografía de gran formato. Festival de teatre Grec de Barcelona de 1996. Premio nacional de danza al mejor montaje escénico. 

Ramon Oller era el coreógrafo y director artístico de esta versión del ballet de Romeo y Julieta con partitura de Serguéi Prokófiev. Oller buscaba reinterpretar esta obra clásica de manera contemporánea, ubicándola en un campamento gitano. 

Para dar forma a este inusual imaginario diseñé una composición que integraba los tres elementos principales de la obra adaptada: una vieja roulotte constituía la casa de Romeo y una furgoneta Volkswagen hacía las veces de la casa de Julieta, a ambos lados del escenario. Estos vehículos fueron adquiridos en un desguace. Entre ellos se encontraba el castillo de Mercurio, intermediario entre ambos amantes. Esta construcción se traduce estenográficamente en abstracción y monumentalidad: una gran valla publicitaria construida con andamios y planchas de acero que en realidad no anuncia nada, y que se encuentra girada y dirigida hacia un punto de vista distinto al del público. 

Entre estas tres piezas hay un espacio libre, donde los personajes interactúan. El resultado es una composición que recuerda a un bodegón pavera, con un punto mágico pero también de decadencia, que no es otra que la decadencia moral de los personajes en la tragedia. La ambientación se completó con ruedas, escombros y contenedores de basura con los que los bailarines interactuaban durante las confrontaciones de los personajes. Se aplicó una capa de pintura de color oxidado con la que se contrarrestaba el naturalismo de la escena, estilizando y abstrayendo el conjunto. El resultado era un mundo romántico, pero también extraño e inquietante, la sombra de un esplendor que no existía.

©Fotografías: Ros Ribas

©Dibujos: Ignasi Cristià